lunes, 11 de abril de 2011

Los problemas de la UC3M

Desde que empecé mi carrera en la UC3M de periodismo, no he dejado de oír por parte de mis altamente cualificados profesores aquello de “sin teoría no hay práctica buena posible”. Habrá compañeros, tiene que haberlos, que estén de acuerdo con esto y lo lleven a la más perfecta práctica. Son aquellos, que son capaces de leer textos y más textos sobre la compleja teoría de la comunicación mediática o sobre el tan relevante en nuestros días proceso de creación de palabras, pero incapaces de conocer cuestiones esenciales de la actualidad y dar una opinión crítica sobre ello. Pero yo no. Creo que la base práctica – a la que nos someten en este primer curso de periodismo me refiero- se acerca a niveles de inutilidad realmente preocupantes. Esto se demuestra con los siguientes ejemplos demoledores:

-Teoría de la Comunicación Mediática: Una de mis preferidas sin duda a la hora de criticar el modelo educativo en Periodismo. Son muchas, pero muchísimas las voces que he escuchado en contra de esta asignatura, su imposición y por supuesto, su impartición. Y no me refiero únicamente a alumnos, sino a propios catedráticos de periodismo que ven a esta asignatura como una pérdida de tiempo condensada en horas y horas de clase. Partiendo de una materia teórica inventada hace más de un siglo –obsoleta quiero decir con esto-, y continuando con una profesora que tiene pinta de no haber pisado una redacción en su vida y que tenía que dejar parte de su ego fuera para poder entrar por la puerta y dar clase, la asignatura se convirtió en un bodrio únicamente soportable gracias a los juegos de mi IPhone. Estas condiciones podrían llevar a pensar que es la peor asignatura con la que me he encontrado, pero gracias a la aportación de Raúl Magallón, con el cual pudimos hacer cosas realmente interesantes en las clases de grupo reducido –que no práctico-, TCM pasa al segundo lugar de la lista negra que más de un reelegido rector debería leerse, y actuar en consecuencia.

- Filosofía política: Miren ustedes, yo creo que leer haber leído a Aristóteles, saber quién es Ortega y Gasset, y conocer la más que interesante teoría de la desobediencia civil de Thoreau debe ser algo básico en la formación humanística de un periodista, y nunca debe ser impuesto a nivel universitario. Y mucho menos de la forma en la que aquí se ha hecho, es decir, anteponiendo estas teorías a los problemas de la política actual. No me estoy refiriendo al bajísimo nivel de los políticos actuales, que por todos es bien sabido, sino a los problemas morales de decisión política a los que nos vemos enfrentados diariamente. ¿No sería más interesante debatir sobre qué debe prevalecer, los derechos humanos o la soberanía de un Estado? Porque este problema lo estamos viviendo ahora mismo con la guerra en Libia, mientras nos interesamos por problemas planteados por filósofos hace siglos y siglos. Esto lo dice todo de la asignatura. Sobre mi profesor del grupo reducido, sólo diré que tiene un sentimiento empático lamentable con los alumnos, y que debería –y esto lo digo sin segundas intenciones- sonreír alguna que otra vez, aunque sólo fuera por variar. Y sólo digo esto, porque no se me ocurren más adjetivos que no sean groseros y ofensivos, cosa en la que no quiero caer.

- Lengua “APLICADA A LOS MEDIOS”: Aquí está. Ya ha llegado el número uno de la lista, el súmmum de la torpeza a la hora de enfocar una asignatura. Situar esta asignatura –o lo que buenamente pueda llegar a ser- dentro de un plan de estudios de periodismo, no es más que un sinsentido más del cual no consigo hallar otra explicación posible que la espectacular admiración que nuestra “jefa” tiene por la teoría de las cosas. Hasta tal punto lleva esta idílica relación, que nos vemos obligados a estudiar la teoría de la lengua… ¡la teoría de la lengua, por Dios! Quizás me confundí al solicitar la matrícula y realmente estoy cursando filología hispánica, o al menos eso llevo pensando desde que entré por primera vez en una clase magistral de Lengua “APLICADA A LOS MEDIOS”. Se me ocurren decenas de formas de enfocar esta asignatura, todas relacionadas –sí- con los medios. Pero la lista es tan extensa, y esta entrada se está alargando tanto, que no voy a ponerla. Esta asignatura es en definitiva, una sombra de lo que podría llegar a ser. Y lo afirmo rotundamente: esta asignatura tiene de “APLICADA A LOS MEDIOS”, lo mismo que yo de velocista jamaicano. No es una asignatura normal, es una trampa sutilmente colocada para que al finalizar la clase, tengas imparables deseos de matar a alguien, o de ser asesinado.

Me he quedado a gusto, lo reconozco. Es mucha frustración acumulada, mañana tras mañana, madrugón tras madrugón. Es la historia de un quiero y no me dejan constante. Para terminar, sólo quería añadir un par de detalles. Uno, que a punto de terminar el curso, todavía no he visto ningún periódico en ninguna de mis clases, lo que debería sonrojar a más de uno –que nadie me venga ahora diciendo que sí que hay, que el ABC está, porque a nadie le sorprendería ver el ABC en el baño para ser usado como papel higiénico-. Dos, que a todos mis compañeros que estáis leyendo esto y que alguna vez os habéis sentido como yo, tened claro que la mejor forma de hacer más llevadero este sufrimiento –y lo digo por experiencia- es acabar acostumbrándote.

Un saludo.